martes, 10 de abril de 2012

Junio 2010. Parte 2. Lecciones de billar.



El billar tiene su historia. Cuando nos conocimos, hace casi 14 años, estudiábamos en el 1º de bachillerato y cuando nos daba pereza estudiar, nos fugábamos al bar de al lado para jugar al billar. Ni ella, ni yo sabíamos jugar, así que si conseguíamos dar a la bola ya estábamos contentas. De esa manera una partida de billar nos duraba horas y el dueño se enfadaba con nosotras porque no consumíamos nada y pasábamos mucho tiempo ocupando la mesa de billar, pero pasábamos de él. Al recordar estos tiempos tan felices decidimos jugar una partida, además, íbamos a ver una peli y aún nos quedaba un buen rato para su comienzo. No habíamos mejorado mucho jugando al billar pero decidimos hacer una par de fotitos  como si fuéramos unas verdaderas profesionales.







 Jugamos hasta que se nos escapó la bola blanca de la mesa y se cayó al suelo con un ruido tremendo y comenzó a pegar botes. Menos mal que no había nadie más allí!  Así de paso aprovechamos para jugar al jockey con los palos de billar y al final, tras una hora larga de intentar jugar a algo cambiando cada dos por tres las reglas del juego a nuestro favor, nos rendimos y decidimos que, al final, el billar no es lo nuestro. El jockey tampoco…


CONTINUARÁ...

No hay comentarios:

Publicar un comentario