sábado, 21 de abril de 2012

Gamberradas

   Me acuerdo de que uno de esos largos y aburridos días de otoño, cuando empezamos el instituto y ya nos cansamos de una sola idea de asistir allí todos los días y de los trabajos y exámenes futuros que íbamos a tener, entramos en una profunda depresión... Yo esa temporada llevaba el flequillo y lo pintaba con lapices de pelo cada día de un color distinto. Se me ocurrió la genial idea de teñirme el flequillo de un color permanente: lila o violeta. Comunique esta idea a Esther y a ella se le ocurrió la supergenial idea de hacer una apuesta. Quedamos en que ella llevaría el pelo recogido en una trenza y yo teñiría el flequillo de lila. Y quien aguantaba más, ganaba la apuesta. Esa misma tarde fui a la peluquería y teñí mi flequillo de un precioso color lila. Esther se hizo una trenza... La apuesta nos duró cerca de 2 semanas, hasta que la perdí. El tinte de pelo se iba poco a poco con cada lavado hasta que llego un día que no era lila, sino rosa. Esther aprovechó el momento y, antes de que me diera tiempo de ir a la peluquería otra vez, me reclamó su premio. Gruñiendo y maldiciendo la peluquería junto con la peluquera por no avisarme de que el tinte se iba tan deprisa, tuve que aceptar mi derrota e intentar de cumplir el encargo de Esther. No voy a entrar en detalles pero los que conocen a Esther, saben que tenía una gran fantasía y era implacable en sus decisiones. No voy a decir que encargo me hizo, lo que sí afirmo es que no lo cumplí. Luego la compensé con una actuación medio delictiva. Cuento: había una viejita que no nos soportaba por estar todos los días al lado de "su portal" pero nosotras pasábamos de ella, de echo la ignorábamos por completo ya que en este portal vivía más gente, incluidos una amiga nuestra y dos chavales bien guapos...  Estábamos allí cada tarde, sin excepción, y por su puesto que conocíamos el horario de cada vecino. Sabíamos a qué hora llegaba esa viejita y decidimos molestarla un poco. La zona tenia pocas plazas de aparcamiento y era bastante difícil de encontrar uno pero a menudo a la hora que volvía la viejita, quedaba una o dos plazas libres en el callejón del portal. Pues 10 minutos antes de la llegada prevista de la mujer movimos el cubo de la basura,  lo pusimos en el único lugar del parking que estaba libre. Nos sentamos como si nada en el portal y disimulamos como si nada.  A eso que llega la viejita y se para con el coche justo enfrente del cubo, y vemos como sus ojos empiezan a aumentarse en tamaño y se llenan de sangre, su cara se pone roooja y a punto estaba de salir vapor de sus oídos. Se giró hacia nosotras y empezó a gritar con una voz tan aguda que nunca había oído. dejó el coche en el medio de la carretera, salió de él y se dirigió corriendo hacia nosotras. Esther y yo, sin pensarlo dos veces saltamos del portal y nos pusimos a correr a toda pastilla. Lo bueno de todo esto es que la viejita corría más que nosotras y a punto estuvo de alcanzarnos, lo que la paró fue el recordar de que tenía su coche en marcha en medio de la carretera.
     La moraleja de todo esto: 

  • no apuestas si no puedes cumplir 
  • nunca te metas con las personas mayores, cuando se enfadan, desarrollan los superpoderes...
Las palabras de Esther sobre estas fotos fueron:
    Esther Flo Pues sí, muchísimos recuerdos! si es cierto q existen otras dimensiones temporales, donde pasado-presente-futuro se dan al mismo tiempo, entonces, tu y yo estamos sentadas allí, dándole a la lengua y haciendo planes maquibélicos, no se nos ocurría ni una buena!15 de abril de 2010 a la(s) 21:32
   
Para mi siempre será así...

martes, 17 de abril de 2012

Ya son 2 meses sin ti...



   Ya son 2 meses desde que nos dejaste y hoy soñé contigo. Fue una terrible pesadilla: soñé que se cumplía 1 año desde que te fuiste, pero estabas entre nosotros, resucitaste sólo por un día en tu aniversario. Yo sabía de que no iba a durar. Aún así, quería encontrarte para decirte tantas cosas, preguntarte cómo estabas y decirte que no estás sola, nunca lo has estado y nunca lo estarás. Te busqué por todos los lugares en los que solías frecuentar y no te podía encontrar. Sabía que el tiempo se agota y que te volveré a perder otra vez, sin poder siquiera despedirme de ti, sin darte ánimos ni fuerzas, sin decirte que no te hemos olvidado y aunque en cuerpo no estás con nosotros, sí lo estas espiritualmente. Al fin alguien me dijo que estabas en un rascacielos en el centro de la ciudad haciendo una entrevista de trabajo sin sospechar de lo que te iba a pasar de un momento a otro. Corrí con todas mis fuerzas arriba para llegar al tiempo antes de que nos volvieses a dejar e intentar prevenir el suceso, intentar rescatarte de las garras de la muerte. Y en el momento en el que entré en la habitación, casi sin fuerzas de andar, ahogándome después de subir todas las escaleras... te vi resbalar en el despacho y caer por la ventana del último piso, en el que estábamos. Llegué tarde, lo sabía, pero no perdí la esperanza y reuniendo mis ultimas fuerzas rompí a correr para abajo. Las escaleras se me hacían eternas, además cuanto mas rápido corría, más largas se hacían, más desesperación tenía y mis esperanzas se agotaban hasta perderlas por completo... Cuando al fin conseguí bajar y salir del edificio vi unas personas rodeando algo: unos llamaban al médico, otros a la policía, otros chismorreaban. Sabía de que era imposible que sobrevivieras a la caída y me entro pánico sólo de pensar en acercarme y verte sin vida porque en mis recuerdos siempre te veo bien, como el último día que nos despedimos en el aeropuerto. Reuniendo el poco valor que me quedaba y con un miedo tremendo, paso a paso empecé a avanzar hacia ti y te vi moverse, vi q me miraste. Me acerque corriendo y me intentaste sonreír. En este momento ya sabías que nos ibas a dejar, sabías que la ambulancia no podría llegar a tiempo y me intentabas decir algo... Intentabas con todas las fuerzas, las pocas que te quedaban, hasta conseguiste girar la cabeza para mi lado y hacer un leve gesto pidiéndome a que me acercara a tu cara. Pero lo que más me preocupaba es que no sufrieras. Sabía que cada gesto te causaba un dolor insoportable y hacerte hablar, por mucho que quería saber que es lo que me ibas a decir, me parecía una idea terriblemente egoísta por mi parte. Por eso te suplique que no dijeras nada y que no sufrieras. Me miraste como por una parte queriendome decir algo y por otra, agradeciendome que no te exigiera ese esfuerzo. Ahí, en mis brazos, rodeada de la gente y con la ambulancia que acababa de llegar, nos dejaste por segunda vez... Y me desperté con un dolor en el alma que no podía con él pero por otro lado, pude despedirme de ti. Y eso me tranquilizaba.

martes, 10 de abril de 2012

Junio 2010. Parte 2. Lecciones de billar.



El billar tiene su historia. Cuando nos conocimos, hace casi 14 años, estudiábamos en el 1º de bachillerato y cuando nos daba pereza estudiar, nos fugábamos al bar de al lado para jugar al billar. Ni ella, ni yo sabíamos jugar, así que si conseguíamos dar a la bola ya estábamos contentas. De esa manera una partida de billar nos duraba horas y el dueño se enfadaba con nosotras porque no consumíamos nada y pasábamos mucho tiempo ocupando la mesa de billar, pero pasábamos de él. Al recordar estos tiempos tan felices decidimos jugar una partida, además, íbamos a ver una peli y aún nos quedaba un buen rato para su comienzo. No habíamos mejorado mucho jugando al billar pero decidimos hacer una par de fotitos  como si fuéramos unas verdaderas profesionales.







 Jugamos hasta que se nos escapó la bola blanca de la mesa y se cayó al suelo con un ruido tremendo y comenzó a pegar botes. Menos mal que no había nadie más allí!  Así de paso aprovechamos para jugar al jockey con los palos de billar y al final, tras una hora larga de intentar jugar a algo cambiando cada dos por tres las reglas del juego a nuestro favor, nos rendimos y decidimos que, al final, el billar no es lo nuestro. El jockey tampoco…


CONTINUARÁ...

martes, 3 de abril de 2012

45 días sin ti

   Ya son 45 sin ti y no me acostumbro a que ya no estás. Tengo la sensación de que en cualquier momento puedo coger el móvil , marcar tu numero y oír tu alegre voz saludándome. Cada vez que nos pasaba algo, bueno o malo, nos llamábamos para compartirlo y para analizarlo hasta el más mínimo detalle :)), por esto siempre bromeábamos de que el Vodafone debería de tratarnos como los clientes SuperVips por las horas que pasábamos hablando por teléfono; decíamos que nosotras eramos las 2 únicas usuarias y que la compañía se mantenía a flote gracias a nuestras facturas, jejeje. Me han pasado tantas cosas desde que te fuiste y no te las puedo contar. Cada vez que me pasa algo, mi primer pensamiento es que tengo que llamarte para contarlo o tengo que preguntar a mi psicóloga personal como debería de actuar.
   Me contaste muchas historias de tu vida, muchas aventuras y las dejaste inacabadas. Me gustaría tanto saber como terminan. Tenias tantos planes en proceso de realización, casi hechos, faltaba solo un poco... 
   No me lo creo, por mucho que intente imaginar que ya no estas, no me lo creo. Me cabreo con el mundo viendo cada día como los asesinos y los delincuentes viven a sus anchas hasta la vejez. Se que sonara mal, pero siento rabia viendo que alguien intenta suicidarse, que intenta quitarse la vida y sobrevive; en cambio  una persona llena de vida y de planes de futuro, con un potencial inmenso lo deja todo a medias y se muere. No entiendo como es que la gente que no se cuida, que se emborracha, que se droga, la gente que se mete en líos, en peleas, la gente parásita sobrevive día a día hasta llegar a la vejez. Y tú, tras terminar la universidad, tras encontrar un trabajo estable,  vas y nos dejas. Y me pregunto, que sentido tiene todo? Odio la gente que dice que todo pasa por una razón porque no es verdad, es mentira! Sino que razón le encuentras a esto?? 
   Ya no creo en esto de que si tiras una moneda al agua, volverás; de q si tiras una moneda, se cumplirá un deseo: porque echamos una moneda al lago de las cuevas del Drach y pedí que volvieras a vivir en Mallorca.Tú te reíste y dijiste que no, y pediste el deseo de ir a vivir a Barcelona. Ninguno de los 2 llegó a cumplirse... Aunque siento como si aun estuvieras aquí, como si pudiera hablarte como lo hago ahora y a veces hasta parece que oigo tu respuesta aunque muy pronto mi sentido común me recuerda que ya no estas aquí...
  Me gustaría darte las gracias por esta ahí siempre que lo necesité, y cuando no lo necesité también :) Me siento muy afortunada y muy feliz por haber tenido una amiga como tú, soy conciente de la suerte que he tenido al conocerte. Sin ti mi vida habría tomado otro rumbo, mucho mas tranquilo, mas soso. Muchas veces me animaste a arriesgar, a dar más emoción a mi vida. Gracias por todo esto. Gracias por entrar en mi vida y para quedarte en ella hasta tus últimos días como mi mejor amiga. Nadie jamas podrá sustituirte, siempre seras Mi Mejor Amiga.